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Antes de comenzar la actividad hicimos entrega del carnet de socio a tres nuevos adchianos que, con su implicación y colaboración, harán posible que sigamos manteniendo el nivel.
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Nuestro presidente nos hizo una buena introducción histórica de lo ocurrido en la bahía de Nápoles aquel fatídico 24 de octubre del año 79 d.C. Ayudado por imágenes, nos puso la miel en los labios para lo que vendría después...
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La exposición inmersiva “Los últimos días de Pompeya”.
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Paneles explicativos, piezas originales y reproducciones de objetos encontrados en la malograda ciudad romana nos daban la bienvenida.
El extraordinario estado de conservación de los restos arqueológicos son, sin duda, motivo de alegría.
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Los denominados “vaciados”, moldes en yeso de las víctimas del Vesubio, fue lo que más llamó nuestra atención. El método del vaciado consigue traer al presente la última posición que tuvieron en vida los habitantes de Pompeya.
La gran desgracia que padecieron, es el verdadero drama.
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A continuación pasamos a la denominada sala inmersiva. Una enorme sala en la que estábamos rodeados por pantallas gigantes que, a modo de máquina del tiempo, nos trasladaron hasta el siglo I de nuestra era.
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Plinio el Viejo y su sobrino, Plinio el Joven, fueron testigos de primer nivel de la erupción. Gracias a sus escritos podemos realizar una reconstrucción muy fidedigna de lo que sucedió.
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La alta tecnología empleada en la sala nos permitió viajar hasta la llamada Villa de los Misterios y maravillarnos con los frescos de sus paredes.
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Las reconstrucciones realizadas eran sencillamente espectaculares. Casi parecía que pisáramos los mosaicos de los suelos o que las cortinas nos acariciasen movidas por el viento.
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Tanta paz y tranquilidad fue interrumpida por un enorme estruendo. El volcán Vesubio entraba en erupción...
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Convertidas en pompeyanas y en pompeyanos vivimos las últimas horas de la ciudad. Casi sentíamos el calor del fuego…
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Nuevos paneles explicativos nos acompañaban hasta la siguiente sala, ofreciéndonos datos muy interesantes sobre el Vesubio y la terrible erupción que acabó con Pompeya y otras poblaciones romanas.
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La denominada sala Metaverso nos sorprendió muy gratamente. A través de unas gafas especiales de realidad virtual fuimos accediendo a diferentes estancias de una vivienda pompeyana y veíamos cómo eran antes y después del desastre.
Casi podíamos tocar los objetos...
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Salimos encantados de la experiencia.
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Un último panel explicativo sobre el descubrimiento de la ciudad sepultada nos llevó hasta la sala final.
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De nuevo la realidad virtual nos hacía viajar en el tiempo. En esta ocasión, para meternos en la piel de los gladiadores romanos y vivir una última lucha en el anfiteatro de Pompeya.
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Pasamos una tarde maravillosa. ¡Gracias a todas las que la hicieron posible!