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“Si te acuerdas de los ochenta es que no los viviste” con esta simpática frase comenzábamos la charla de introducción a la actividad.
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Una década que tuvo de todo, pero sobre todo, libertad. Aires nuevos democráticos tras años de dictadura y represión.
La ciudad de Madrid fue el polo de atracción para una explosión cultural que se conoció como “la movida”.
Tiempos de libertades en todos los ámbitos en donde incluso los políticos animaban a los jóvenes a no dejar de divertirse. “Y el que no esté colocado, que se coloque y al loro” exclamaba el alcalde Enrique Tierno Galván en uno de los numerosos festivales musicales que inauguró.
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El musical “La fuerza del destino” es una de las formas más amenas que podemos encontrar para trasladarnos a aquella época.
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A través de sus protagonistas realizamos el viaje liberador que hicieron muchos jóvenes desde el pueblo a la gran ciudad buscando el éxito musical.
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No todos lo conseguían, pero como se suele decir: “que nos quiten lo bailao”.
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El musical, que pone sin duda de relieve los años ochenta, significa también un homenaje a las canciones de Mecano. Se puede escuchar, por ejemplo, “Mujer contra mujer”, una de las banderas del amor lésbico. Y es que esta década supuso un antes y un después en la concepción tradicional de la pareja.
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Los ochenta trajeron muchas cosas beneficiosas. Pero si todo esto fue la cara buena de la moneda, también tuvo su cruz. Y esa cruz vino en forma de drogas duras como la heroína. Ésta, junto a una nueva enfermedad, el sida, casi acaban con toda una generación. Lo que parece claro es que pusieron el fin a la movida madrileña.
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"Dreamland" es una compañía joven que derrocha un gran talento. No habrá que perderles la pista.
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Al final del espectáculo recibieron su largo y merecido aplauso.
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Un Auditorio lleno hasta la bandera es, sin duda, la mejor recompensa al trabajo bien hecho.
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Felicidades a todos los artistas y un millón de gracias a Dreamland y ADCHE por hacernos viajar en el tiempo de una manera tan lúdica.
¡Nos vemos en la siguiente!