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Allí nos esperaba nuestro Presidente quien, ayudado por Estrella, nos fue poniendo la miel en los labios hablándonos de nuestros antepasados y de la gran importancia que dieron siempre al Sol.
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Llegada la noche y con el fuego de aliado, una simpatiquísima guía-arqueóloga nos condujo a un maravilloso viaje en el tiempo.
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Conocimos a Darwin, que nos habló de su obra “El origen de las especies”.
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Y hasta nos dejó acercarnos a su mesa de estudio para ver sus valiosos fósiles.
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En un momento del viaje, fuimos asaltados por dos jóvenes neandertales. Menos mal que nuestra guía, con su buen hablar, nos hizo salir airosos del encuentro.
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Se hicieron amigos nuestros y nos contaron muchas cosas de su vida cotidiana y sus creencias.
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Hasta nos hicieron una demostración de cómo cazaban herbívoros.
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Y nos enseñaron a utilizar sus propulsores y lanzas.
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Conocimos también sus amoríos entre especies, como la de esa joven neandertal enamorada del sapiens artista que pintaba en las paredes rocosas.
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Avanzando en nuestro viaje en el tiempo, dimos con Avelino, justo en el momento en el que estaba enterrando a su difunto padre. Nos llevó a su poblado neolítico y nos invitó a entrar en su casa.
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Allí, junto a su esposa Pepa, casi de forma mágica consiguió hacer fuego con sus manos.
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Alrededor del hogar nos fuimos enterando de más cosas sobre sus quehaceres diarios.
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Y así, acompañados de ese fuego mágico que tan importante ha sido en nuestra evolución, pusimos rumbo al futuro, en una fantástica noche que será muy difícil de olvidar.
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¡Muchas gracias a todos los que participaron!