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Durante la presentación de la actividad, nuestro Presidente aprovechó para entregar algunos carnets a los nuevos socios ordinarios de ADCHE, los cuales fueron aclamados con júbilo por el resto de asistentes. Gracias a su colaboración y generosidad, nuestra Asociación aumenta el número de actividades anuales que se puedan realizar.
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Tras la entrega de carnets, Marcos nos presentó a los dos guías culturales que nos realizarían la visita guiada: Álvaro Llorente y Luna González, de la empresa turística “Madrid en la palma de tu mano”, cuyas rutas culturales ya hemos tenido oportunidad de disfrutar en anteriores ocasiones.
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Para aprovechar mejor la visita nos dividimos en dos grupos y allá nos lanzamos, como en una puerta espacio-temporal, al Madrid de los siglos XVI y XVII.
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Por supuesto, en la ruta no podía faltar la espléndida Plaza Mayor, centro neurálgico, económico y social de los madrileños durante siglos. Lugar también de celebraciones, como la festividad de San Isidro que, precisamente, se estaba festejando en esos momentos.
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Alejándonos de la masa turística bajamos por la Calle Toledo hasta la Plaza de Puerta Cerrada.
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Allí comenzamos una pequeña ruta por las tabernas centenarias de Madrid. Algunas de ellas, brillantemente restauradas con dibujos y trampantojos que las hacían más especiales aún.
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Casi parecía que iba a salir de alguna de ellas Quevedo o que nos íbamos a batir con el mismísimo Capitán Alatriste...
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Continuamos por este Madrid menos conocido visitando la antigua muralla cristiana, célebre durante el Medievo: “Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son”, rezaba un antiguo lema de la capital.
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La visita prosiguió por otros puntos neurálgicos de la ciudad del Manzanares, como la Plaza de los Carros con la iglesia de San Andrés custodiándola...
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...o el Museo de San Isidro, construido sobre un antiguo palacio renacentista.
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Luna y Álvaro nos prepararon una ruta de lo más entretenida. No faltaron las anécdotas y curiosidades, como los orígenes de los nombres de algunas calles.
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En la Plaza de la Paja nos sorprendió el Palacio de los Vargas, de estilo renacentista.
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Y, muy cerquita de él, la torre mudéjar de la iglesia de San Pedro el Viejo.
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Con la visita al Jardín del Príncipe de Anglona parecía que hubiésemos viajado a la Granada nazarí y estuviésemos refrescándonos en sus famosos jardines andalusíes.
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Realmente estábamos “redescubriendo” Madrid porque, aunque por muchos de los lugares ya habíamos pasado, no conocíamos toda la historia que había detrás de ellos. Como las “casas a la malicia” que existieron durante el gobierno de los Austrias.
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La ruta continuó por el antiguo centro político de la ciudad de Madrid, la Plaza de la Villa...
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...y el antiguo Ayuntamiento, centro de importantes decisiones durante siglos.
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Como la fecha de la actividad coincidió en plena semana de festividad de San Isidro, tuvimos la suerte de coincidir con un alegre desfile de Gigantes y Cabezudos. ¡Maravilloso! Al final, la gran urbe sigue siendo una villa...
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Y así terminamos en la Plaza de Ramales, lugar donde antaño se encontrara la iglesia parroquial de San Juan Bautista y donde se enterró a uno de nuestros más insignes pintores: Diego Velázquez.
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Desde aquí todo nuestro agradecimiento y reconocimiento a la gran labor cultural que realiza “Madrid en la palma de tu mano”, especialmente a Luna y Álvaro, que fueron unos guías geniales.
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¡Repetiremos, seguro!